Este suele ser uno de los momentos mágicos del embarazo. En las ecografías podemos ver al bebé dentro del útero. Y cuando lo vemos, sabemos que el bebé está realmente ahí y que el embarazo es real. Con el paso de los meses, la mujer pasa por varias sesiones de ecografía. Al menos una de ellas es la llamada ecografía morfológica. Pero, ¿en qué consiste realmente?

La ecografía utiliza ondas sonoras que hacen eco en el cuerpo y vuelven en forma de imágenes. Es muy segura y recomendable para todas las embarazadas1. Puede detectar problemas como por ejemplo el desprendimiento de la placenta, las malformaciones del feto o la madurez de la placenta. Además, proporciona a la mamá y el papá escenas inolvidables, como la del bebé chupándose el dedo o incluso saber de que el sexo es el bebé.

Una ecografía morfológica: ¿para qué sirve?

La ecografía morfológica es una variante de la ecografía convencional2. Suele realizarse entre la semana 11 y 13 o 20 y 24 del embarazo.
En esta fase es posible ver todo el feto dentro del útero, con mayor facilidad y claridad que en las semanas anteriores. La ecografía morfológica también muestra con detalle todos los órganos internos del bebé, y también muestra si hay algún problema o si el desarrollo del bebé va bien.

En la ecografía morfológica se visualizan órganos como el estómago, los pulmones, el corazón, la vejiga y los riñones. La ecografía también muestra la presencia del hueso nasal y la quinta falange (el quinto dedo de la mano del bebé). Además, es posible tomar una medida detallada de las venas y arterias del cerebro y el corazón del bebé.

Los huesos también son puntos importantes en la ecografía morfológica, como la columna cervical del bebé, el fémur, el húmero y otros. Todos ellos se comprueban para ver si el bebé se está desarrollando correctamente según las semanas de gestación. Aquí tienes la ecografía de una niña a las 21 semanas:

Una ecografía doppler morfológica

Además de las ondas sonoras, en la ecografía morfológica se pueden utilizar algunos recursos, como el doppler3. El doppler comprueba la intensidad del flujo sanguíneo desde la placenta hasta el bebé y su corazón. La ecografía morfológica también se realiza para controlar y conocer la ubicación exacta y el estado de la placenta.

La mayoría de los médicos solicitan una ecografía morfológica entre las semanas 20 y 24. Una de las razones es la posible detección del síndrome de Down a través de la medición del pliegue nucal, el famoso pliegue nucal translúcido. Pero la mayoría de los positivos de este síndrome, que se identifican por medición, son falsos positivos. En realidad, este diagnóstico sólo es positivo en el 5% de los casos.

Si se detecta alguna otra complicación en la ecografía morfológica, tu obstetra te pedirá otra prueba específica para descartar o confirmar el posible problema. Existen pruebas adecuadas para examinar el corazón, la cabeza y los riñones del bebé. Hay incluso un examen específico para verificar la amniocentesis si hay sospecha de síndrome de Down. Una ecografía morfológica cuesta alrededor de 200,00 reales y suele durar entre 20 y 50 minutos.

Es bueno estar preparada para permanecer acostada boca abajo durante bastante tiempo. Si sientes alguna molestia, puedes decírselo a tu médico. Cualquiera que haya pasado por un embarazo sabe que esta posición puede provocar falta de aire porque comprime el abdomen y limita la respiración. Si es necesario, pide al ecografista una pausa o un cambio de posición.

Vídeo de ecografía morfológica

¿Qué se puede ver en una ecografía morfológica?

Como comentamos anteriormente, las ecografías morfológicas analizan con detalle el desarrollo del bebé, y este análisis no es posible con otro tipo de ecografías. Las medidas, estructura y forma de la cabeza del bebé son visibles durante la exploración, al igual que el resto de huesos.

La imagen de la cara del bebé también es más clara en la ecografía morfológica. Por lo tanto, es posible comprobar los rasgos del bebé, así como la existencia de labio leporino. Lo único que no puede verse es el paladar hendido, que es la abertura del paladar, más difícil de analizar. Es en esta ecografía donde la mayoría de las mamás se van contentas con las “fotos” de su bebé. Las imágenes en 3D y 4D permiten ver perfectamente la cara del bebé.

En la ecografía morfológica se examina en detalle la columna vertebral y es con ella cuando se puede estar seguro de que los huesos estén bien alineados, correctamente colocados y que la piel cubre toda la longitud de la columna vertebral, hasta la zona de las nalgas.

El corazón también se observa detenidamente en la ecografía morfológica. Se observa si sus válvulas se abren y cierran correctamente, siguiendo los latidos del corazón. Con la ayuda del doppler, es posible examinar las principales arterias y venas, que aparecen en la pantalla en diferentes colores, azul y rojo.

También se pueden ver los riñones y si la orina viaja correctamente hasta la vejiga. La posición de la placenta, el cordón umbilical y sus vasos sanguíneos también se analizan con mayor precisión con ayuda del doppler. Se mide la cantidad de líquido amniótico, para garantizar que el bebé disponga de la cantidad necesaria para seguir desarrollándose de forma saludable. También se revisarán las arterias uterinas, ya que un flujo sanguíneo alterado puede indicar riesgo de hipertensión.

A través de todas las mediciones realizadas durante la ecografía morfológica, es posible conocer el peso y el tamaño del bebé. Sin embargo, se trata de una estimación para comprobar que todo sea como se espera hasta el día del parto. Es importante recordar que puede haber una variación respecto a otros embarazos.

Contándoles un poco mi experiencia

Cuando estaba embarazada de Dudu, ya me habían hecho tres ecografías y no podía ver el sexo del bebé. Fue durante la ecografía morfológica del segundo trimestre cuando pudimos ver su sexo y la bolsita de Dudu flotando por ahí. El médico que me hizo la ecografía sospechó que tenía la placenta previa. Me remitieron a un examen más detallado con ecografía transvaginal para averiguar si la placenta estaba realmente en el cuello del útero. Afortunadamente, no hubo ningún problema.

La ecografía morfológica de Melissa confirmó que era una niña y vi los latidos de su corazón a 154 bps. Me mostraban que el bebé estaba bien formado y me dieron una imagen que nunca se irá de mi memoria: Melissa bostezando y frotándose la oreja. Así que ¡aprovecha al máximo este momento!

Preguntas de los lectores:

¿Cuándo es el momento adecuado para hacerse una ecografía morfológica?

Se recomienda hacerse la ecografía morfológica entre las semanas 20 y 24, ya que es el momento ideal para identificar posibles síndromes. Además, gracias a la nitidez de la imagen, es posible ver todo el desarrollo del bebé, así como las malformaciones de la cara.

¿Cuál es la diferencia entre una ecografía morfológica y una normal?

La diferencia entre una ecografía morfológica y una normal es la calidad de la imagen y la cantidad de detalles que puede detectar y valorar, que es mayor que una ecografía convencional. Al ser más completa, se solicita en una etapa en la que realmente es posible analizar el desarrollo total del bebé.